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Doc. 1: Borrador de carta dirigida a Mons. Freppel, Charles-Emile, obispo de Angers (Francia). El obispo de Ávila ha recibido una carta que Mons. Freppel ha dirigido a Ratazzi, y el apéndice o postdata a la misma. Sobre la situación de la Iglesia y el papado en la Italia de la época, que indigna al obispo francés. El obispo de Ávila también está indignado por la actuación del emperador francés, Napoleón III, que es más incomprensible para el español, que la situación de Italia para el francés. Esta carta es un pliego, sin fecha ni firma.
Otra carta, que está escrita al obispo de Ávila, cuyo autor desconocemos (pero es un obispo), que ha leído la carta que el obispo Fr. Fernando Blanco ha dirigido al obispo de Angers. Alaba la carta del obispo de Ávila y pasa a ver o examinar la asociación "Unión Católica", que , parece, se quiere fundar. El deseo parece bueno, pero no cree que eso sea suficiente para ser socio de dicha Unión Católica; hay que ensanchar el objeto de la misma asociación, pues teme que se convierta en una amalgama heterogénea y monstruosa que perdiendo su primitivo carácter para nada bueno serviría. Sin fecha ni firma. Es también borrador. Un folio.
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Doc. 2: Carta de Fr. Joaquín a un destinatario, fraile exclaustrado, que no hemos identificado, aunque pudiera ser Fr. Fernando
Blanco, ya obispo de Ávila. Valladolid, 18/08/1863. El creador era otro fraile dominico exclaustrado, que estaba enfermo, aunque se estaba recuperando. Reside en Valladolid. Tiene amistad con el Rector de la Universidad [sería D. Atanasio Pérez Cantalapiedra]. Habla de varios frailes compañeros solo por el nombre- y de las monjas de Logroño y del traslado de la "esa catedral" a Logroño, que ya no se hace, lo que le agrada en extremo. Por todo esto, y algo más sobre familias citadas, creemos que es carta dirigida a un exclaustrado que vive en Calahorra o La Calzada. No sabemos cómo llegó a la Secretaria del obispado de Ávila. Es una cuartilla, con arugas y manchas.
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Doc. 3: Pequeño envoltorio señalado como Boletín /3º, con un escrito del obispo como introducción a una carta que escribió al Gobernador de la Provincia y la respuesta de dicha autoridad, como presentación a la publicación de ambas cartas en el Boletín Eclesiástico de la Diócesis de Ávila. Lo que se conserva en este envoltorio es el borrador de la carta del obispo al gobernador. Ávila, 16/08/1863. Esta carta tiene 4 cuartillas escritas por ambas caras, y numeradas en origen, y es borrador. Se lamenta, el obispo, de lo que sucede en las fuentes pública de la ciudad, de día o de noche jóvenes de ambos sexos, con palabras y acciones que escandalizan a las personas honestas (el obispo lo ha visto) y perdiendo a niños inocentes. Personas honestas y virtuosos ha ido al obispado y el obispo ha acogido las quejas. Aunque no depende de él, el señor obispo pide que por el bien y buen nombre que tiene la ciudad, se ponga remedio. Da algunas insinuaciones: dedicar fuentes por el día y la noche, unas para un sexo y otras para el otro, con prohibición de acercarse los de uno a la del otro... Llama la atención sobre la profanación de los días festivos. Ávila, 16/08/1863. Firma, Fr. Fernando, obispo de Ávila. El folio de envoltorio está roto; las cuartillas se conservan bastante bien.
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Doc. 4: Borrador, sin fecha ni firma. Explicación de lo ocurrido en la visita del señor obispo a SS. MM. en Arévalo, Valladolid y Ávila. El texto está relatado en tercera persona (pero pensamos que el autor es el mismo obispo). Según se desprende de este relato, el corresponsal de "Novedades" informó del viaje de los reyes insinuando que, en Arévalo, el ministro de Gracia y Justicia había espiado la conversación entre el obispo de Ávila y la reina, y que el obispo ni había ido a comer ni almorzar con los reyes, ni había salido a saludar al rey cuando éste pasó por Ávila de regreso a la Corte. El presente documento es el relato de lo que en esos días hizo el obispo de Ávila, para dejar en claro que no había habido espionaje y que las ausencias de comidas con los reyes y el no saludar al rey en su regreso a la Corte, tienen otras motivaciones y explicaciones. El texto está sin fecha, pero tiene que ser anterior a 1868 y no puede aplicarse a la época de Alfonso XII, que no estaba casado cuando comenzó a reinar, y el obispo de Ávila, Fr. Fernando Blanco, ya era arzobispo de Valladolid. Habrá que buscar las fechas de ese viaje.
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Doc. 5: Medio folio suelto. Habla de la esperanza en la Iglesia, que tiene tiempos buenos, triunfales y otros de sufrimiento. Hay que confiar y esperar en la providencia divina, que saca a la Iglesia a flote de todos sus sufrimientos.
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Doc. 6: Plática o escrito a los sacerdotes diocesanos al inicio de la Cuaresma. Latín. Les habla en este tiempo para que en todo se manifieste como ministros de Cristo y dispensadores de la misterios de Dios. Son como legados y cuasi plenipotenciarios de Cristo. De aquí sus dignidad y la exigencia del hecho de ser sacerdote. Es un pliego, pequeño, (156 x 220 mm.) sin firma ni fecha.
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Doc. 7: Borrador de carta o petición dirigida a un cardenal "Eminentissime Domine" (posiblemente al nuncio). Pide proveer el problema que tiene con D. José Álvarez, párroco de Villanueva de Gómez, cuya parroquia vive muy alterada contra el párroco: le amenazan, tiran piedras contra sus ventanas y otras cosas, incluso en misa le han amenazado. Con permiso, salió del pueblo; pero en el lugar se declaró fiebre tifoidea y el obispo le mandó volver a su parroquia. Después de exponer sus dificultades no quería obedecer. El obispo lo llamó y le amonestó severamente y al final se hizo presente en su parroquia, pero cuando ya había pasado la pestilencia. Pero la animadversión del pueblo es evidente. Se le presentó la posibilidad de dimitir de la cura parroquial. Pero él quiere suplicar permiso a la benignidad Apostólica para dejar la parroquia temporalmente. El obispo, está inclinado a que, en el primer consejo, renuncie o abdique o se le expulse. Pide que provea la solución que mejor parezca. Insinúa: que el párroco no puede, por ahora, volver a su parroquia sin peligro grave. La cura de almas se puede proveer, como está previsto, por un coadjutor que día y noche resida en la parroquial y asignarle con pensión de los réditos parroquiales. La petición parece estar dirigida al cardenal prefecto de la Congregación del Concilio, aunque pudiera dirigirse también al Nuncio Apostólico en España que sería Alessandro Franchi (1873) o Giovanni Simeoni (1875), e indicaría a fecha de la súplica o carta.